Señores El Espectador:
Habiendo leído atentamente las declaraciones del Padre Jesuita Carlos Novoa, dadas recientemente a ese importante diario sobre cómo afronta el tema del aborto (15-10-11), como colombiano y cristiano-católico pensante, a quien gentilmente dan también acogida, al menos epistolar los medios de comunicación, siento la necesidad de pronunciarme al respeto. Es preciso, decir, también en voz alta, inconformidades de fondo ante lo expuesto por ese destacado Religioso.
He dedicado para ello buen tiempo, con base también en mi preparación académica y profundización en los temas correspondientes a analizar las circunstancias de discusión ideológica y sobre apreciaciones en relación con el aborto.
Hay qué advertir que estamos en Colombia, y en el mundo, entre corrientes favorables y adversas al aborto, y qué en nuestro país se abrieron las puertas para ir dando más y más cabida a la extirpación de vidas humanas en el vientre materno con la sentencia de la CorteConstitucional(10-05-06) que despenalizó ese delito en tres circunstancias, algo que gran número de colombianos han querido sea revisado, y que el mencionado Sacerdote estima inaceptable.
Sobre las tesis del P. Novoa, he hecho amplio análisis en trece (13) Connotaciones en las que me acerco a sus afirmaciones, y, al analizarlas, expreso grandes inconformidades. Concluyo en cuatro (4) Corolarios, a modo de Conclusiones, para acentuar mi propio pensamiento que considero sea fiel a la defensa del derecho natural a la vida de todo viviente humano, ya desde el seno materno, sintiéndome más cerca de la voz de la naturaleza y del apreciado Juan Pablo II, que el respeto de Padre Novia.
Como el mencionado Sacerdote gasta gran parte de sus declaraciones a descalificar a los propulsores de leyes contra el aborto, argumento en sí muy débil, pongo de relieve en mi respuesta que aún personas no correctas pueden decir verdades y que se tenga en cuenta la calidad de gran parte de quienes están en esa línea de oposición a ese delito, pasando de inmediato a mostrar la sesgada interpretación del Religioso que quiere mostrar prácticamente como abortista al mismo Papa Juan Pablo II porque en el n.18 b. de su Encíclica “El Evangelio de la Vida” habla de situaciones dolorosas, aún “dramáticas”, que llevan, “a opciones en sí mismas inmorales”. El Papa describe el drama de personas en ciertas grave situaciones, habla de que ellas “atenúan” la responsabilidad, pero no pasa a decir que se justifican.
Hago también en mis Connotaciones, análisis de los aportes que ofrece el P. Novoa desde los aspectos “ético” y “científico” en donde, con tesis no tan clara, quiere colocar el “bien moral” “sobre la vida”, y en donde sí reconoce que “hay argumentos serios de uno y sentido” en cuanto al momento de iniciarse vida humana. Sobre esos doy respuestas en donde se advierten fallas en la argumentación y conclusiones del Religioso a favor de permitir el aborto.
Ante el llamado a acallar el pregón de las tesis antiabortistas, y a que no se den leyes en este sentido por ser Colombia un “Estado Social de Derecho”, traducido como “Estado laico”, y ante su afirmación de que como “ciudadanos” debemos plegarnos aún a normas contra el derecho natural, doy respuestas con reclamo a sí poder y deber adelantar campañas contra esas situaciones, comenzando porque la magnitud de ese Estado tan de espaldas a Dios, no es lo que aparece en varios Artículos de una Constitución. que se inicia con invocación a Dios. Sobre supresiones penas y cárceles, con lo que también sueña el Padre Novoa, lo señalo cómo en gran utopia.
En los “COLORARIOS” finales reafirmo el primero y sagrado derecho a la vida humana, que según gran consenso de científicos comienza en el instante de la concepción. Fundamental, también, reafirmar la máxima conveniencia para la sociedad humana del Precepto de “NO MATARAS” (Ex. 20, 13), basado en el mismo derecho natural, y aplicable a la vida inicial y terminal de los humanos.
Agradezco que a este lado de la opinión se le dé también cabida, dada la gentil apertura de ese gran diario.
Gracias.
LIBARDO RAMÍREZ GÓMEZ, Obispo
ANTE REITERADAS DECLARACIONES DEL PADRE CARLOS NOVOA