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Pero conseguimos que el alcalde diera su aprobación a ’40 días por la vida’.

Tengo una buena noticia buena y una mala. ¿Por cuál quieres que comience?
Comenzaré por la buena. Hace unos días, el alcalde de Pereira, Juan Pablo Gallo, por fin, dio su aprobación a las concentraciones de ’40 días por la vida’.
Eso sí, lo hizo ‘de aquella manera’, firmando un papel de ‘40 días por la vida’ con la palabra “AUTORIZO” y su firma.

¿Por qué esa informalidad?, ¿por qué no utilizó papelería del Ayuntamiento?, ¿quizás está esperando a que los jueces no nos den la tutela?
Por otra parte, Jesus, te cuento que se armó un buen lío con ese asunto.
El pasado 15 de febrero, El Espectador se descuelga con un editorial en el que apoyan a Gallo en su prohibición de ’40 días por la vida’.
En concreto dice lo siguiente:
“El alcalde Gallo debería mantenerse en su decisión, y harían bien los mandatarios de otras ciudades en estudiar de cerca estas manifestaciones. En Colombia se incentiva el disenso, pero no la violencia. Más en un tema tan complejo, donde las mujeres que ejercen su derecho a interrumpir voluntariamente sus embarazos deben ser protegidas por el Estado”.
¿Quee?, ¿¿¿¿qué es esto??? A ver. Por partes:
• No sólo apoya a Gallo sino que llama a otros alcaldes a imitarle en su actitud totalitaria de recortar la libertad de expresión.
• Nos acusa de violentos por rezar frente a los centros de abortos y ofrecer ayuda a las madres que quieren abortar para que no lo hagan.
• Considera -como Gallo- que el aborto es un derecho. Ambos deberían de recordar que el aborto es un delito en Colombia.
Que se entere el alcalde de Pereira y El Espectador: ¡no vamos a renunciar a nuestro derecho a la libertad de expresión!

Te cuento cómo están las cosas:
• Tras lanzar la campaña el pasado 11 de febrero, el 13 de febrero nos llamó el alcalde de Pereira para tratar de negociar. No se presentó y nos envió a unos propios.
• El 14 de febrero, tal y como le anunciamos a los propios, comenzó la campaña de ‘40 días por la vida’ en Pereira. Nos enviaron cámaras para grabarnos y amedrentarnos, pero no lograron su objetivo.
• El 15 de febrero, el alcalde intoxica a El Diario con información falsa asegurando que nunca prohibió las concentraciones de ’40 días por la vida’.
• El 16 de febrero el alcalde vuelva a pedir una reunión, pero dicha reunión nunca llega a producirse
• El 19 de febrero el Diario rectifica la información en la que fueron intoxicados.
• El mismo 19 de febrero, El Espectador se descuelga en su editorial acusándonos de violentos.
• El Espectador ya lleva varios artículos criminalizándonos creando el ambiente para que se prohíba ’40 días por la vida’.
Que se entere Es Espectador y el alcalde Gallo: NO pedimos permiso para manifestarnos, porque es un derecho fundamental
Se lo comunicamos porque somos ciudadanos civilizados y de orden. Pero no esperamos un permiso para algo que es nuestro.
¿Si lo entendió?
Lo contrario violaría el derecho a la libertad de expresión, concentración, manifestación y profesión religiosa
¡¡¡Casi nada!!!
Y E Espectador pretende que los violentos somos nosotros…
Los violentos, Srs del Espectador y Sr. Gallo, son esas empresas a las que Ud. protege que se lucran con el sufrimiento de las mujeres. Trocean niños para llenar sus bolsillos. ¡Eso sí que es violencia!
No nos vamos a parar. Ni un minuto. Vamos a seguir día sobre día frente a los abortorios de Pereira rezando por el fin del aborto y tratando de ayudar a las madres que se acerquen.
¡Le pese a quien le pese!, ¡caiga quien caiga!
¿Quieres decírselo al alcalde Pereira?
http://www.citizengo.org/es/156899-no-puede-prohibir-40-dias-por-vida-pereira
Por favor, Jesus, comparte esta campaña en tus redes sociales para que más gente pueda sumarse:

Mil gracias por tu compromiso en defensa de la vida, la libertad de expresión y la libertad religiosa.
Un fuerte abrazo,
Luis Losada Pescador y todo el equipo de CitizenGO
PD. No vamos a permitir que ni el alcalde de Pereira ni El Espectador violen nuestro derecho fundamental a expresión, concentración, manifestación y libertad religiosa. ¡Que se enteren!