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Érase una vez una gran mentira…
La princesa, talentosa y hermosa actriz, mientras peina sus cabellos, se preguntaba:
“Prohibir el aborto afecta sobre todo a las mujeres pobres en países sin sistemas públicos robustos de educación y salud. Las que tienen con qué lo pueden pagar, así sea por debajo de cuerda. ¿No es eso parir pobreza?” (@Margaritarosadf)
El hada madrina, con suave voz le contesta:
“Oh mi querida Rosa, no, no, no. Parir pobreza es voltear la cara ante la corrupción y la injusticia. Parir pobreza es vivir en un mundo en que se distorsiona lo que está mal llamándolo bien. Parir pobreza es pensar que una mujer, se hará menos “pobre”, al dejar que maten a su hijo”.
Y el ruiseñor que las escuchaba, con su voz melodiosa replicó:
“Usa tu varita hadita y haz que cesen de parir pobreza: desaparece la corrupción y robustece los sistemas públicos, no sólo el de educación y salud, también los de infraestructura y servicios públicos, los de justicia y hacienda…y en fin todos aquellos que nos causan tanta tristeza”.