Lo que más llama la atención cuando se buscan paralelismos son los argumentos en que se apoyan sus defensores, que muestran una increíble similitud.
Jorge Soley – 13/02/2018
¿Cómo seremos juzgados en el futuro, dentro de varios siglos? Una pregunta que muchos se han hecho y que resulta francamente difícil de responder, tan condicionada está nuestra perspectiva por el momento en que vivimos. No obstante, podemos encontrar pistas acerca de cómo será contemplada nuestra era en el modo en que vemos ahora otras épocas y otros usos entonces ampliamente extendidos. Espero no molestar a nadie si traigo aquí el paralelismo entre esclavitud y aborto.
Se trata de dos usos sociales que durante periodos largos de tiempo han estado ampliamente extendidos y han gozado de una aceptación considerable. Bien es cierto que no han contado con el beneplácito unánime de la sociedad, al menos desde que la fe cristiana empezó a permear la cultura de los pueblos europeos.
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También es cierto que tanto los defensores de la esclavitud como los del aborto han negado y niegan que estos sean los fenómenos definitorios de su época, tratando de minimizar su enorme impacto en las sociedades de las que se han enseñoreado.
“Este esclavo/bebé forma parte de mi propiedad/cuerpo. Nadie puede decirme lo que tengo que hacer con él”
Pero quizás lo que más llama la atención cuando se buscan paralelismos entre estos dos fenómenos es a la hora de revisar los argumentos en que se apoyan sus defensores, que muestran una increíble similitud. Algo no tan extraño si consideramos que tanto la esclavitud como el aborto se basan en la negación de la plena humanidad de un grupo de seres humanos.
Es lo que ha analizado Matt Walsh en su libro The Unholy Trinity: Blocking the Left’s Assault on Life, Marriage, and Gender, donde reseña nueve argumentos en defensa del aborto que recuperan argumentos empleados en su día por los defensores de la esclavitud (y obviamente ya debidamente refutados). Son los siguientes:
1. Argumento de la propiedad: este esclavo/bebé forma parte de mi propiedad/cuerpo. Nadie puede decirme lo que tengo que hacer con él.
2. Argumento de la privacidad: nadie te obliga a tener un esclavo/aborto. ¡Ocúpate de tus cosas!
3. Argumento de la prevalencia de derechos: mi derecho de propiedad/ a abortar tiene prioridad sobre los derechos del esclavo/bebé.
4. Argumento de la inevitabilidad: la esclavitud/aborto lleva existiendo desde hace siglos y no va a desaparecer. Es preferible dedicar nuestros esfuerzos a que se haga de modo seguro, legal y lo más humanamente posible.
5. Argumento de la pseudociencia: los esclavos/fetos no son realmente personas. No son como nosotros. Tienen rasgos diferentes de nosotros y en consecuencia pueden ser tratados también de modo diferente.
6. Argumento de la socioeconomía: si la esclavitud/el aborto acaba, la mayoría de los esclavos/niños acabarán en la calle sin un mísero trabajo.
7. Argumento de las leyes: la esclavitud/el aborto está respaldado por leyes aprobadas por Parlamentos y legalmente consolidadas. Ya se ha establecido legalmente y no hay nada más que hablar.
8. Argumento de la falsa compasión: la esclavitud/el aborto es lo mejor para los negros/niños. De otro modo, sus vidas serían terribles, por lo que es mejor esclavizarlos/matarlos.
9. Argumento de la hipocresía de la otra parte: defendéis el fin de la esclavitud/el aborto, pero no queréis vivir con negros libertos/adoptar a los niños no deseados, por lo que vuestra posición queda deslegitimada.
Todos hemos oído alguna vez alguno de estos nueve argumentos referido al aborto. Descubrir que ya fueron empleado por los esclavistas arroja una nueva luz al asunto y pone de relieve la falacia de quienes insisten en ellos, ahora en defensa del aborto.
Nuestro juicio sobre la esclavitud nos parece ahora obvio y arroja una horrenda mancha sobre una época en la que fue moneda corriente. No nos debería sorprender que en el futuro también miren hacia nuestros días con horror y se pregunten cómo pudimos negar algo tan obvio como que la muerte provocada de un ser humano inocente nunca puede estar justificada.