El sacerdote Paul Scalia recuerda la vida de su padre como católico con motivo del aniversario de su muerte.
Antonin Scalia (1936-2016), fue juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos y uno de los juristas con más renombre del país. Padre de nueves hijos, católico y siempre actuando en juicio a su fe.
Desde su muerte, hará un año este lunes, el Tribunal Supremo de EEUU tiene una vacante que tanto Obama como ahora Trump han intentado rellenar, aunque es papel que ejerció este juez provida es difícilmente igualable.
Hace unos días, su hijo Paul Scalia ha querido rendir un homenaje a la vida de su padre en una entrevista en Catholic Digest con algunas de las enseñanzas que recibió de él.
Devoto de Santo Tomás Moro: Su hijo Paul Scalia durante el funeral de su padre quiso recordar la admiración que éste sentía hacia el Santo y citó una de sus frases favoritas: “Buen servidor del rey, pero primero de Dios”.
Su argumento favorito, “ser tonto por Cristo”: “Ten el coraje de admitir que tu sabiduría sea vista como estupidez. Sé tonto por Cristo. Y ten el coraje de sufrir el desprecio del mundo sofisticado”. Esta es sin duda una de las frases más conocidas del juez.
En este sentido, su hijo ha explicado que su padre creó esta expresión a partir de la carta de San Pablo a los Corintios que dice que “nosotros somos tenidos por necios, a causa de Cristo”.
Odiaba la palabra homilía: Su hijo ha señalado que “su padre odiaba la palabra homilía. Pensaba que olía a modernidad. Él prefería sermón. Un punto que siempre hago cuando realizó un funeral es que esta es la forma en que podemos seguir haciendo el bien por la persona que amamos. Se necesita un sentido sobrenatural para captar esto. Todo el mundo quiere pensar que todo está bien. Todo el mundo quiere llegar al final feliz sin la lucha”.
Católico practicante: “Qué niños no quieren una identidad. Para saber quiénes somos y de dónde venimos y hacia dónde vamos. Sólo la convicción de la fe católica que tenía mi padre nos estableció en esa identidad: somos católicos. No somos como todos los demás, y no hay que esperar hacer las cosas que hace todo el mundo”, ha destacado su hijo respecto a la fe de su padre.
En este contexto, su hijo ha recordado que “cuando vivían en Chicago recorrían hora y media para ir a una misa de 45 minutos”.