Abby Johnson: “No hay mayor amenaza para la industria del aborto que un extrabajador”
Una de las caras más visibles del movimiento provida en Estados Unidos analiza cómo se puede luchar contra el aborto y qué sienten aquellos que han trabajado en clínicas abortistas, como es su caso.
Su profundo deseo por ayudar a la mujer hizo que desde su adolescencia Abby Johnson se vinculara con la causa feminista y proaborto. Durante ocho años trabajó con Planned Parenthood e incluso llegó a dirigir una de sus clínicas de atención a la mujer en Estados Unidos. Sin embargo, allí descubrió cómo el aborto no era un servicio, tal y como lo vendía la empresa, sino un negocio y empezó a repensar su postura.
El 26 de septiembre de 2009 todo cambió para ella, cuando tuvo que ayudar en un aborto y vio en el ultrasonido cómo el bebé de 13 semanas que estaban abortando luchó por defender su vida. Ese día, el dolor la motivó a dar un paso al lado para convertirse en una de las principales voces provida del país norteamericano.
Seis años después, se declara amante de la vida y defensora del amor, ha escrito un libro contando su historia, coordina movimientos en favor de la mujer en Estados Unidos y dirige la organización And then there were none, que busca ayudar a trabajadores de abortorios a dejar estas prácticas.
Desde su casa en Texas, Abby Johnson conversó con Actuall sobre los retos que tiene el movimiento a favor de la mujer y de la vida en ese país y de cómo cree que se puede vencer el negocio del aborto en esta generación.
¿Cuál ha sido su experiencia desde la otra orilla de la industria del aborto?
He sido aceptada y he recibido mucha gracia y misericordia. Todavía hay quienes me dicen cosas groseras; entre ellos hay muchos providas, que consideran que me debo pudrir en el infierno por lo que hice. Afortunadamente, muchos legisladores han querido trabajar conmigo redactando borradores de proyectos de ley a favor de la vida pues saben que tengo una visión única de la industria del aborto y que no hay mayor amenaza para la misma que un ex trabajador que está diciendo la verdad sobre lo que sucede detrás de esas paredes.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta el movimiento provida y profamilia en Estados Unidos?
El compromiso y unidad. Hay demasiada gente provida que está dispuesta a ceder en cuestiones difíciles como la violación, el incesto y la vida de la madre. Las personas a favor del aborto no exigen estas excepciones en los proyectos de ley pero los provida las agregan creyendo que aumentará la posibilidad de aprobar la legislación.
¿Es un problema de coherencia?
La verdad es que aproximadamente el 79% de la legislación provida se aprueba sin incluir excepciones y que un bebé es un bebé siempre o no lo es, no hay términos medios. Tenemos que ser coherentes y dejar de comprometer los principios.
¿Y en cuanto a la unidad?
En cuanto a la unidad, tenemos que elegir nuestras batallas con más sabiduría. Hay muchas formas de luchar contra el aborto pero hay unas que nos alejan más del fin último por asuntos como la religión, la falta de religión, la lucha entre los grupos e incluso por temas que no están relacionados y que causan división. Tenemos que unirnos para esta causa y dejar de lado las diferencias.
“Hay muchas personas que están profundamente equivocadas y yo creería que muchas han tenido abortos y están desesperadas por aferrarse a la necesidad de la justificación”
¿Cuáles son los próximos pasos para el movimiento provida en los Estados Unidos?
Tenemos que competir con la industria del aborto. Tengo el honor de colaborar en la junta nacional del Guiding Star Project, que abrirá centros integrales de atención a la mujer con una imagen de marca nacional.
¿Qué ofrecerán estos centros?
Brindarán servicios de manera móvil y sin costo alguno para aquellos que no pueden pagar. Se incluirán, pero no se limitarán solo a ello, la planificación natural familiar, los exámenes anuales y de detección de cáncer, pruebas y tratamiento de las ETS, apoyo a la lactancia, doulas, guarderías para los hijos de madres adolescentes, clases para padres, apoyo en el embarazo, apoyo post-parto, atención de la menopausia , etc.
¿Existe realmente una cultura proaborto en los Estados Unidos?
Sí. Hay muchas personas que están luchando activamente y celebrando el derecho al aborto; están profundamente equivocadas y yo creería que muchas han tenido abortos y están desesperadas por aferrarse a la necesidad de la justificación.
¿Por qué lo cree?
Lo sé porque así es como yo solía actuar. Tuve que luchar por el derecho al aborto, porque de no haberlo considerado correcto, entonces yo estaría actuando mal y era demasiado doloroso admitir esa realidad. Rezo por la curación de estas mujeres y la esperanza de que un día, como yo, crucen al lado de la vida.
¿Cuál es su posición sobre la decisión de la Corte de investigar a los provida que desenmascararon a Planned Parenthood a través de videos con cámara oculta?
En este momento, la investigación está en curso. Yo creo que es una buena cosa que los medios de comunicación se centren en Planned Parenthood porque hay más investigación y más información. Y queremos que toda la información sobre Planned Parenthood salga a la luz.
¿Cree usted que es posible acabar con el aborto?
Sí, lo creo. Ya lo estamos presenciando. Pero terminar el aborto no es suficiente, tenemos que hacer que éste sea impensable y que haya mucho apoyo a favor de la vida y que se presten recursos. Mientras tanto, continuamos transformando el paradigma de la cultura de la muerte.
Una de las maneras con las que usted está luchando contra la industria del aborto es ayudando a los que trabajan en las clínicas. ¿Por qué?
Salí del negocio del aborto después de mi trabajo de 8 años en Planned Parenthood. Sé lo que se siente al ingresar en el movimiento provida buscando la ayuda de unas personas en las que me habían dicho que no confiara. Quiero ser esa persona para aquellos que desean salir. No hay una herramienta más poderosa para desmantelar la industria del aborto que los testimonios de los extrabajadores del aborto porque hemos visto lo que realmente ocurre.
¿Desde que comenzó el proyecto, a cuántos trabajadores han sido capaces de ayudar?
Mi ministerio ha ayudado a más de 200 trabajadores de clínicas abortivas que dejan la industria y encuentran esperanza y sanación en Cristo. Seis de ellos incluso han sido médicos abortistas, quienes realizan los procedimientos. Ellos han dejado sus instrumentos para dejar de hacer daño.
“La realidad es que muchos extrabajadores han sufrido un gran trauma visual y emocional así como un daño espiritual. Son tratados con desprecio por abandonar la industria”
¿Cuál es la realidad que enfrentan quienes trabajan en esta industria?
La realidad es que han sufrido un gran trauma visual y emocional así como un daño espiritual. Muchos reciben una mala referencia laboral y son tratados con desprecio por abandonar la industria. Muchas personas no quieren contratar a ex trabajadores provenientes de abortorios, no porque sean malos empleados sino porque no quieren asociar su práctica médica con el estigma del aborto. Además, muchos pierden el apoyo de sus amigos, familias y compañeros de trabajo. Es por esto que existe mi ministerio, para ayudar a estos hombres y mujeres a recuperar sus vidas y a encontrar la esperanza y la curación.
Su sistema de trabajo se basa en “la curación a través del amor”, ¿cómo funciona esto?
Tenemos un modelo de relación. Cada persona que viene es asociada a un administrador de clientes que le presta su apoyo mientras camina en su nueva etapa de la vida. También se les asesora espiritualmente cuando expresan ese deseo. Hay suficiente ira y odio entre los muros de una clínica de aborto y sabemos que estos hombres y mujeres han sido tratados como el enemigo por mucha gente provida… Todos queremos a alguien a quien culpar.
¿Qué resultados les ha dado esta metodología?
La única manera de luchar contra la ira y el odio es con amor, porque estas personas no son el enemigo. Eso es lo que Cristo hizo por nosotros, Él nos amó y se entregó por nosotros, para nuestra sanación y perdón. En la organización, amamos a los trabajadores mientras que todavía están en las paredes de la clínica y por lo tanto, confían en nosotros y nos permiten ayudarles. Y luego, los amamos en la curación y les ayudamos a encontrar el perdón en Cristo, así como a perdonarse a sí mismos.
¿Cómo puede replicarse este modelo en otros países?
A través de una pacífica presencia orante fuera de las clínicas de aborto. ¡No más imágenes sangrientas de bebés abortados ni gritos! Este tipo de acercamientos tiene que parar si queremos llegar a los trabajadores. Es mejor el envío de cartas a las clínicas con cosas como: “sabemos que no creciste queriendo trabajar aquí, podemos ayudarte, te mereces algo mejor que lo que este trabajo tiene que ofrecerte” y luego incluir las ofertas de empleo locales. También puede ofrecerse una contribución al pago de las facturas de servicios, una prestación de alimentos o la ayuda para redactar un buen currículum que les facilite acceder a otros trabajos. Cosas como estas realmente constituirán en las vidas de los trabajadores que quieran dar un paso atrás. Y siempre, siempre, respetando su privacidad.