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Aborto: El mito de las creencias religiosas

Aborto: El mito de las creencias religiosas

William Martínez Pomares / willmarpo@nolohaga.org

 

En agosto pasado Marco Rubio, senador precandidato presidencial de USA, respondía preguntas del periodista de CNN Chris Cuomo. Cuando el senador dijo que la vida humana comenzaba en la concepción (entendida como fertilización), el periodista le dijo que esa era “su fe”, y dijo que la ciencia aún no definía cuándo se daba ese inicio. Así, he leído y visto repetidamente cómo las posiciones pro-vida se consideran posiciones contrarias a la ciencia, basadas en creencias religiosas y mágicas. Esta concepción, ignorante vale decir, se hace patente cada vez que un periodista cubre una noticia o reportaje sobre el aborto y se invita como contraparte a la iglesia y los curas. Es como si el movimiento pro-vida fuera una secta religiosa. La frase “no debemos dejar que los fanáticos impongan sus creencias religiosas en el debate” supone que toda razón pro-vida está basada en la Biblia y sermones. Incluso los mismos jueces de la CIDH usaron esa noción errónea para descartar los estudios presentados por el país. Para refutar tal idea, respondamos tres preguntas esenciales: 1. ¿Cuándo se inicia la vida? 2. ¿Es esa vida humana? 3. Esa vida, ¿debe tener protección?

 

Respondiendo al señor Cuomo, la ciencia es muy clara con miles de referencias y trabajos, indicando que la vida es un continuo, que inició desde hace millones de años y que un ser vivo se produce de otro ser vivo.

 

Así, las células haploides, gametos femenino y masculino, vivos, se funden y continúan la vida formando un nuevo ser viviente. Aquí no existe eso de que un ser vivo tiene células vivas que se unen y se crea un objeto muerto, inerte, que luego de un “desarrollo” (que por cierto sólo se da en seres vivos) de repente adquiere vida. Eso es absurdo.

 

Entonces, decir que hay vida antes, durante y después de la fertilización es un hecho científico irrebatible. Para aclararlo mejor puede leer los trabajos de las doctoras Maureen Condic, Dianne N. Irving, María Iraburu y Natalia López Moratalla, especialistas que demuestran no solo el inicio de la vida sino también información para nuestra segunda pregunta. (No les doy ningún estudio que diga lo contrario porque no existe, según entiendo).

 

¿Es el cigoto, embrión, feto, una vida humana? Todo ser pertenece a una especie. Esta pregunta se responde fácilmente al estudiar la especie a la que dicho cigoto, embrión o feto pertenece. Para eso, vemos el ADN ¿Qué dice? ¡Humana! Nunca el ADN dice otra cosa, la ciencia nos dice entonces que es un ser humano desde la fecundación. Eso sí, el cigoto tiene un ADN diferente al de la madre, haciendo constar que es un ser aparte, independiente.

 

¿Debe ser esa vida humana protegida? Hasta el momento, no hemos encontrado ninguna razón religiosa en lo expuesto, todos son realidades científicas. Esta otra pregunta no tiene que ver con la ciencia. Es una pregunta de cuándo se le da a ese ser humano el estado jurídico de “persona” receptora de los derechos.

 

En la Convención Americana de Derechos Humanos, dice en el artículo 1, punto 2: “Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano”. Así, lo dispuesto en la convención cubre al cigoto, embrión y feto. Claro está, los jueces de la CIDH en su resolución sobre la FIV contra Costa Rica, interpreta de forma extraña el artículo 4 y dice que, aunque el embrión tiene derechos, estos no son absolutos. De cualquier manera, en el mundo hay debate sobre el momento en el cual estos derechos son aplicados. No es un debate sobre creencias religiosas sino jurídico y sobre derechos humanos.

 

En este punto, es importante aclarar que hay gente cuya posición es que el derecho a la vida no es absoluto ni general, por tanto, es válido matar a ciertas personas en ciertos momentos de su vida. Muchas posiciones que se oponen lo hacen por sus creencias religiosas y morales.

 

Aquí podría calzar la frase sobre no imponer creencias religiosas. Sin embargo, dichas posiciones no necesariamente son incorrectas, si se hace un estudio sobre el precio y los beneficios puede ser que la posición religiosa sea la mejor, no necesariamente por lo metafísico sino por su costo en la sociedad.

 

Como ejemplo, hubo un movimiento en Mississippi que intentó declarar como persona al ser humano desde el momento de la fertilización. Los detractores, científicos, dijeron tener problemas porque eso implicaría que no se podrían realizar ciertas prácticas médicas o investigaciones en embriones sobrantes del FIV.

 

Nótese que la discusión no era sobre el ser humano era o no, sino sobre el efecto, negativo o positivo, de la protección en ese estado del desarrollo.

 

Con esto, espero aclarar que esta discusión no es entre científicos y teólogos, es una discusión científica y jurídica que debe basarse en estudios y hechos.

– Vea mas en: http://diarioextra.com/Noticia/detalle/281130/aborto:-el-mito-de-las-creencias-religiosas#sthash.K4lugHG7.dpuf