Mientras África es arrasada por el ébola y el terrorismo, Dinamarca y los Países Bajos anunciaron un nuevo fondo para la región que atraviesa momentos difíciles.
Los proveedores de salud expuestos al virus mortal y las escolares secuestradas por terroristas carecieron de importancia para estos benefactores, quienes, en su lugar, optaron por una cuestión candente que puede empeorar las restricciones al financiamiento externo para agrupaciones de la sociedad civil.
Daneses y neerlandeses crearon un nuevo fondo junto a dos fundaciones estadounidenses para repartir 19 millones de dólares a pequeñas organizaciones que hacen campaña a favor del aborto y del comportamiento sexual de riesgo en países del África subsahariana y del sudeste asiático.
La princesa Mary de Dinamarca anunció que su gobierno adjudicará cerca de 14 millones de dólares al fondo Amplify Change (Ampliar el cambio). El dinero se destinará a agrupaciones de la sociedad civil «que trabajan en áreas desatendidas» del plan demográfico y de desarrollo de la ONU que cumple veinte años, añadió un ministro danés de comercio y desarrollo.
El lanzamiento del fondo, que se realizó en septiembre durante la reunión anual de jefes de estado en la ONU, indica que se hará caso omiso de los países a los que está dirigido y se rehúsan a adoptar normas occidentales de libertinaje sexual.
Frustrado por no poder imponer el aborto y los derechos sexuales en naciones con principios religiosos y tradicionales, el fondo pasará por alto los gobiernos y la voluntad popular. Buscará agrupaciones polémicas e impopulares dentro de los países para desafiar las leyes y las normas culturales.
Su lema es: «financiamiento para romper el silencio sobre SDSR», abreviatura correspondiente a salud y derechos sexuales y reproductivos. Esto a menudo se refiere a la actividad sexual de riesgo, al aborto y a enseñar a los niños a practicar ambos.
Amplify Change afirma que repartirá dinero a «pequeñas organizaciones locales para que defiendan (y apoyen políticas referentes a) cuestiones de la salud y los derechos sexuales y reproductivos que a menudo no atraen fondos de los donantes convencionales por razones políticas o religiosas».
Una cadena de televisión informó que Amplify Change solo apoyaría «a mujeres de países pobres… para mejorar las oportunidades de las mujeres a nivel mundial, particularmente en países del tercer mundo».
No obstante, la campaña es transparente en cuanto a su polémica tarea y admite que su materia es difícil de ser apoyada «con orgullo y públicamente por sus patrocinadores», escribe Hewlett Foundation, fundación asociada. El cuarto socio, Packard Foundation, permaneció en silencio respecto de la iniciativa.
Unos cincuenta países limitan el financiamiento extranjero de agrupaciones de la sociedad civil, y en los últimos años ha aumentado la rigurosidad de las restricciones, según el Fondo Carniage para la Paz Internacional.
La tendencia a regularizar las donaciones extranjeras a la asociación voluntaria refleja grandes inquietudes, que incluyen el financiamiento del terrorismo. Las leyes prohíben o exigen permiso para actividades que pueden afectar la soberanía, las elecciones, las relaciones diplomáticas o la armonía religiosa.
Algunos temen que la intromisión estadounidense y europea en cuestiones sexuales divisivas puedan suscitar leyes más estrictas.
http://c-fam.org/en/espanol/volumen-17/8021-daneses-y-neerlandeses-financian-agrupaciones-abortistas-en-el-extranjero-pueden-agravarse-leyes-de-financiamiento-externo