Aborto, Familia

Aborto: El Auschwitz actual

aborto123Auschwitz es un nombre que de solo pronunciarse genera pavor, indignación y muchas preguntas. Es sinónimo de horror, injusticia y asesinatos macabros. Allí murieron muchísimas personas: enemigos políticos y militares capturados por los nazis, pero también civiles, incluyendo mujeres, ancianos y niños; de muchas razas, credos y países. Encontramos eslavos polacos católicos, después rusos, y con el tiempo judíos, gitanos y cualquier otro que se opusiera al régimen nazi o que ellos creyeran podían ser un estorbo. Fue a todas luces y de modo indiscutible una fábrica de la muerte. Un horror inimaginable.

Pero ¿Cómo el ser humano podía llegar a cometer algo tan malvado? Auschwitz era un poblado polaco (a unos 43 km de Cracovia) en donde los alemanes luego de haber invadido Polonia idearon crear en 1940 sobre la base de una antiguo cuartel polaco un gran campo de concentración para tener a los que ellos creían, eran sus enemigos. Sin embargo la concepción inicial de Auschwitz no contemplaba los horrores que después se vivieron. ¿Cómo se llegó al último Auschwitz tan macabro? Por dos motivos; el primero era la cercanía que tenía con minas de carbón, con agua y cal, materiales que una empresa alemana necesitaba para la construcción de insumos de guerra, haciendo que el campo creciera de 10 mil presos a 30 mil. Los presos ya no serían solo eso, sino verdaderos esclavos para ganancia del régimen alemán. El segundo motivo por el cual recrudeció su tiranía fue aún peor: el acallar la conciencia.

Entonces se les ocurrió implementar en Auschwitz los métodos autorizados por Hitler en 1939 para con los discapacitados mentales y físicos alemanes, los cuales declarados por un grupo de doctores como un desperdicio, como un problema e inferiores a animales (por ende un estorbo), y como consecuencia fueron sentenciados al programa de eutanasia para adultos. El método que se usó para terminar con este problema fue espantoso: se les hacía entrar en los mismos centros de rehabilitación a unos cuartos grandes con apariencia de duchas, herméticamente cerrados, y en los cuales en vez de caer agua llegaba monóxido de carbón, de modo que terminaban muertos. Este método fue llevado a campos de concentración como el de Auschwitz en el verano de 1941, probando primero con unos camiones cerrados a los que hacían entrar a los presos y en el que es les asesinaba con el mismo monóxido de carbón (llamados camiones del infierno). Las primeras personas en morir de esa forma fueron los que ya no podían trabajar en los campos de Auschwitz por estar enfermos o agotados. Eran por lo tanto inservibles.

La selección era muy sencilla: los que servían para trabajar iban a los campos de concentración y los niños, ancianos, enfermos y algunas mujeres eran llevados inmediatamente a la cámara de gas por ser inservibles.

La conciencia

Cuando terminó la guerra los nazis habían destruido las cámaras de gas así como registros y documentación de Auschwitz; reconstruir la historia no solo tardó tiempo sino que es hasta el día de hoy un asunto discutido: unos dicen que las cifras de muertos fueron más (alrededor de un millón cien mil personas) otros menos (otros hablan a trescientos mil); unos usan estas historias para propagandas y buscar compensaciones económicas, mientras que para otros sigue siendo un drama; para algunos no existieron las muertes con gas, mientras que muchos otros testimonios dicen que sí. Entonces nos preguntamos ¿Por qué los nazis mostraron tanto esfuerzo para mantener este secreto? Por una razón importante: la conciencia de la verdad.

Las autoridades nazis sabían lo que estaban haciendo y lo macabro e injustificable de sus procedimientos, motivo por el cual no solo quisieron borrar las huellas para la historia, sino que se dieron muchas molestias al respecto. Pues para llegar a Auschwitz los presos venidos de muchos sitios tenían que viajar en trenes por días y eso significaba para los nazis dinero gastado, personal y tiempo perdido; podrían haberlos asesinados en sus mismos lugares; si querían a vista de todos ya que ellos eran los amos del momento. Pero no hicieron eso porque sabían que lo que hacían era abominable. Nadie en su sano juicio podría aprobar esta práctica, así que había que esconderla y maquillarla. Incluso los aliados no supieron de esto hasta bien entrada la guerra. Fue siempre un gran secreto de parte de la cúpula nazi que sin embargo sí sabía y tenía conciencia de la brutalidad, maldad y lo macabro de este procedimiento. Por eso fue siempre una actividad silenciosa.

Auschwitz es indiscutiblemente hoy en día símbolo de maldad; nadie en su sano juicio, más allá de poder debatir algunos datos históricos, podrá decir que esto no fue una muestra de bajeza humana. Una muestra de hasta dónde puede el mal llegar. Pero ¿Es la muestra más fuerte de esta bajeza humana? ¿Llegamos en Auschwitz al tope de la degradación? Es difícil decirlo puesto que en la historia se han cometido muchos atropellos horrendos, pero Auschwitz sí nos marca un hito que las generaciones actuales reconocen. Sn embargo ¿Estos métodos han desaparecido? ¿Aprendimos de la lección? Es difícil decirlo ya que en la actualidad encontramos muchísimas manifestaciones de diversos Auschwitz en medio de la vida; discriminar a unos haciéndolos ver como mejores o peores. Esclavizar a grupos humanos mediante el trabajo, la explotación infantil o sexual, la explotación con la cultura consumista o de las modas. Los experimentos científicos que no respetan la vida de la persona. Los asesinatos a los que la sociedad considera como inservibles mediante la eutanasia, ya sea a los ancianos o enfermos, e incluso como sucede hace no mucho, a los niños que presentan enfermedades graves.

 Pero de todas estas atrocidades quiero destacar una: la del aborto. Al niño por nacer se le considera por desde la mentalidad abortista como inservible, ya sea porque viene a una familia que ya tiene varios hijos y él no tiene espacio, o porque la mamá está estudiando y no tiene tiempo o plata; o porque no puede aceptar su embarazo ante su familia; pero también cuando el niño por venir no es lo perfecto que la mamá quiere o tiene alguna falencia física. Entonces vuelve el método nazi: seleccionemos lo que nos parece mejor y más adecuado, no según la verdad, sino según nuestro criterio. La sociedad se pone entonces como la medida nuevamente y deja de lado la verdad que se antepone siempre al pensamiento y opinión. Y la verdad es que dentro de esa mujer hay una vida nueva, diferente a la de la madre y tan valiosa como la de ella. Surgen las preguntas ¿Quiénes somos nosotros para juzgar qué vida es mejor? ¿O quién vale más y quién es inservible?

Auschwitz fue llamada una fábrica de la muerte, y en verdad lo fue junto con otros campos de concentración. Y así como unos dicen que allí murieron más de un millón de personas y otros dicen que fueron solo trescientos mil, lo importante es que así haya muerto allí una sola persona, ello sería igual un horror. Pero si de números se debe hablar, el aborto en los últimos 40 años ha cobrado la vida de 1,720 millones de bebés asesinados a lo largo del mundo. Esta cifra que probablemente sea mayor (pues no se saben los abortos clandestinos) la proporcionó el presidente de Human Life International. Comparando ello tendríamos que decir que el aborto en los últimos 40 años ha significado cerca de 1,720 Auschwitz. Eso ¿Es modernidad, es derecho y está bien?

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