En un artículo de opinión publicado en el diario El Mercurio, el Obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio Gonzáles, explicó que “con los datos científicos nadie hoy niega que aniquilar el ser que viene es eliminar una vida corporal de nuestra especie en desarrollo” y que “cabría decir, que estamos de acuerdo, a estas alturas, que el aborto termina con ‘alguien’ no con algo”.
En su carta titulada “Aborto: una discusión madura, informada y propositiva”, señaló que en el debate por la legalización del aborto en caso de inviabilidad fetal, riesgo de vida de la madre y violación “no se nos ha dicho que se quiere establecer el aborto (ab-ortus, es decir etimológicamente ‘privación de nacimiento’)”, sino que “se usan palabras suaves, como ‘interrupción del embarazo’ que es ocultar la verdad de fondo”.
El Prelado señaló que cualquier tipo de aborto provocado, se opone “a una visión antropológica acerca de la verdad de la persona humana y ninguna justifica que se intervenga para quitar el -diríamos, ‘obstáculo’- que puede significar el embarazo”.
Mons. González pidió discutir y escuchar los planteamientos de los que están a favor y en contra. Es así como puede contribuir “preguntarnos cuándo realmente se origina un ‘ser humano’”.
“Si se intenta resolver el asunto argumentado, por ejemplo, que la mujer es ‘dueña de su cuerpo’ o que el ser que está en el seno ‘es parte o apéndice de la madre’ entonces no habrá posibilidad alguna de diálogo. Desde el punto de vista científico-médico nadie sostiene esta postura”, agregó.
Según el Obispo, otro aspecto que no debe quedar fuera de la discusión es si el embrión en desarrollo es persona o no, y si tiene derechos. Enfatizó en que “tanto los hombres de ciencia como los filósofos y los teólogos estarán de acuerdo en que desde el momento de la concepción estamos ante un hecho progresivo, continuo y constante, sin fisuras, es decir, un proceso que si no se interrumpe dará lugar a la llegada de un ser humano”.
Mons. Gonzáles concluyó la carta diciendo que “si convenimos que, en efecto, se trata de un ser vivo, de la especie humana, con unicidad y desarrollo progresivo y constante, podremos luego decir que es una persona, sujeta a derechos y que por tanto, en virtud de la dignidad de toda persona y de los derechos humanos fundamentales, nadie, por razón alguna puede decidir coartarle su derecho a venir a vivir con nosotros”
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