Por Wendy Wright
NUEVA YORK, 25 de enero (C-FAM) Una victoria en los tribunales europeos a favor de ambientalistas inspiró la realización de una campaña continental para que la Unión Europea deje de financiar la investigación destructiva de embriones humanos y el aborto.
La campaña «One of Us» («Uno de nosotros») lanzada este mes por líderes de veinte países europeos exige que la Unión Europea ponga fin al financiamiento de proyectos que destruyen vidas por nacer, e incluso de agrupaciones que realizan abortos en países en desarrollo La iniciativa sigue a un fallo de 2011 del Tribunal Europeo de Justicia correspondiente a un juicio entablado por Greenpeace, que reconoce que la vida humana comienza en la concepción y merece protección legal.
«One of Us» es una iniciativa popular europea, nuevo método contemplado en el Tratado de Lisboa para propuestas legislativas en la Unión Europea. Exige la firma de un millón de ciudadanos europeos de al menos siete de los veintisiete estados miembros. Líderes profamilia de siete países encabezan este esfuerzo con el apoyo de políticos y de líderes de la sociedad civil de otras naciones.
Si se recogen un millón de firmas, el Parlamento Europeo está obligado a programar un debate sobre el tema.
En la actualidad, las políticas europeas no concuerdan con el fallo del Tribunal Europeo de Justicia.
«Hoy Europa financia la investigación científica que destruye y manipula embriones, financia los grupos internacionales que promocionan el aborto, y que proponen la interrupción voluntaria del embarazo como una solución a los problemas de salud de las mujeres», dijo a la agencia de noticias Zenit Carlo Casini, miembro italiano del Parlamento Europeo.
Casini, Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo y del Movimiento por la Vida italiano, considera que «con el reconocimiento de la vida desde la concepción, las políticas de Europa se orientarán a favor de la vida por nacer».
En 1997, la agrupación ambientalista Greenpeace demandó a Oliver Brüstle, científico que contaba con una patente para efectuar un procedimiento que utilizaba líneas de células madre embrionarias. Greenpeace argumentó que una directiva de la Unión Europea prohibía el patentamiento de técnicas con células madre que requieren la destrucción previa de embriones humanos.
El caso giraba en torno a si debía darse un determinado nivel de desarrollo. El tribunal decidió que abarcaba todas las etapas de la vida, y señaló que la Unión Europea «quiso excluir toda posibilidad de patentabilidad en tanto pudiera afectar al debido respeto de la dignidad humana».
«De ello resulta que el concepto de “embrión humano” (…) debe entenderse en un sentido amplio. De este modo, todo óvulo humano, a partir de la fecundación, deberá considerarse un “embrión humano”(…), habida cuenta de que la fecundación puede iniciar el proceso de desarrollo de un ser humano», estableció el fallo.
Los líderes provida advirtieron el próximo paso lógico a seguir. «La UE no puede seguir financiando investigaciones que implican la destrucción de embriones humanos como lo hace hasta ahora», dijo en ese entonces Sophia Kuby, Directora de European Dignity Watch.
La Unión Europea no puede legislar en materia de aborto, ya que eso es facultad de cada país. Sin embargo, financia agrupaciones que participan activamente en la destrucción de embriones humanos.
«One of Us» pide que se exija a la UE «poner fin a la financiación de actividades que suponen la destrucción de embriones humanos, en particular en los ámbitos de investigación, ayuda al desarrollo y salud pública».
La fecha límite para las firmas, que se recogen en línea, es el 1 de noviembre de 2013. Los signatarios deben ser ciudadanos de la UE y tener edad suficiente para votar en las elecciones del Parlamento Europeo.