“Si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si quieres la justicia, defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad”: Beato Juan Pablo II.
Mónica Roa trinaba hace unos días que gracias al Procurador General de la Nación las leyes sobre el aborto en Colombia son más sólidas, refiriéndose a los últimos pronunciamientos de la Corte Constitucional en la materia.
Sin que muchos lo noten, Colombia es hoy uno de los países más liberales del mundo en aborto, hasta el punto que se tienen menos requisitos para abortar aquí que en Estados Unidos, Inglaterra, Francia o Alemania.
Primero, porque más que un procedimiento médico electivo como cualquier otro, ahora es considerado derecho fundamental.
Con lo cual el delito de aborto que sigue en el Código Penal no es más que una pieza de museo que reflejaba los principios éticos de un país que, guiado por un puñado de jueces activistas, ya fue superado a fuerza de sentencias.
La Corte Constitucional dio la prueba suprema de esto, al ordenar que se proteja la identidad de una mujer responsable de un aborto clandestino, reconociéndolo como derecho fundamental.
La Corte, en su afán por justificarlo, tuvo que alterar un concepto médico en el que se habría ordenado el aborto.
A instancias de la Procuraduría, la médica que suscribió el concepto negó haber dado la orden a través de una declaración juramentada.
La Sala Plena de la Corte sentenció el martes que el progreso lo justifica todo, y prohibió que en el futuro se investiguen posibles irregularidades en los expedientes de aborto.
Finalmente, no hay límite temporal para realizarlo, al punto que se pueden realizar abortos a recién nacidos, como en el caso de la T-388 de 2009, en la cual el procedimiento avalado por la Corte fue “cesárea”.
El bebé nació vivo, con malformaciones que no le causaron la muerte, por lo que un médico se encargó de causárselas varios minutos después de su nacimiento.
Los profesores Giubiliniy Minerva , fuertemente criticados por su propuesta en Journal of Medical Ethics, de febrero, de legalizar el aborto postnatal, argumentando que el estatus moral del recién nacido es igual al del ser humano en estado fetal, se regocijarían de saber no sólo que una corte constitucional progresista como la nuestra ya avaló tácitamente su teoría, sino sobre todo que dicha sentencia ha sido celebrada unánimemente por la opinión pública colombiana.
Humberto Sierra Porto , investigado penalmente por las irregularidades de dichas sentencias, se prepara para hacer lo mismo desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
¿Será que la OEA elige al Golden Boy del lobby pro aborto?
* Médico psiquiatra , miembro de Plataforma Unidos por la Vida Colombia.
